El pastor persa es uno de los perros más grandes del mundo, es un can increíblemente fuerte y poderoso. Es una raza originaria de Irán, donde también se conoce como Sarabi mastín, Sarabi mastiff y Azerbaiyán mastín. Es un perro moloso de tipo mastín, a primera vista luce imponente e incluso intimidante, por ello es utilizado principalmente como perro guardián. Sin duda conviene conocer más de sus características, siendo un can muy especial, pero no adecuado para cualquier persona.
Este perro tiene sus raíces en Irán, territorio que fue Persia en la antigüedad, específicamente el condado de Sarab, justo en la provincia de Azerbaiyán Oriental, de allí su nombre. Sus antecesores son los perros molosos, además en sus inicios la raza fue utilizada para proteger el ganado de la tribu Sarab, debido a su gran fuerza.
Posteriormente, sus otras cualidades fueron reconocidas y a partir de allí, su lealtad lo llevó a convertirse en un compañero muy apreciado, que progresivamente fue aceptado en el resto del país.
Actualmente, el pastor persa se considera el perro más poderoso en todo el mundo y aunque disfruta de popularidad solo dentro de su país, es posible encontrar algunos ejemplares en otras partes del mundo.
El pastor persa es un perro con un cuerpo muy bien formado y gran musculatura, tiene una estructura ósea realmente fuerte y sólida. Asimismo es un perro de raza gigante, los machos pueden medir entre 75 y 90 cm de altura a la cruz, alcanzando un peso de 60 a 90 kg. En cuanto a las hembras, pueden medir entre 70 y 85 cm y tener un peso de 55 a 80 kg, se trata de un perro increíblemente grande y pesado.
La cabeza del pastor persa es grande pero luce armoniosa con el resto del cuerpo, el cráneo es aplanado y en la zona superior es bastante duro. Tiene los ojos de tamaño mediano y forma ovalada, los dos están notablemente separados y son de color oscuro.
La nariz es grande, de color negro y sobresale del hocico, cuenta con una mordida fuerte y de gran amplitud, incluso tiene un poder sumamente destructivo. Posee orejas de inserción alta, de tamaño mediano, con forma de triángulo invertido y lucen hacia arriba, haciendo que el perro parezca estar en estado de alerta.
La cola del pastor persa es alargada y de inserción baja, el pelaje de este perro se conforma de dos capas que le permiten mantener una temperatura templada. Es decir, la capa interna le ofrece calor en los días de invierno y le protege de los rayos ultravioletas, mientras que la capa externa le proporciona protección ante el agua y la nieve. En cuanto al color del pelaje, puede ser gris pálido o marrón, también hay ejemplares que tienen una mancha negra en la cara o las orejas.
Se trata de un perro grande e imponente, tanto que suele generar temor. Ahora bien, es un can independiente, reservado, solitario y poco afectivo, pero al mismo tiempo, es equilibrado, muy leal y con instinto sobreprotector.
El pastor persa no suele ser cariñoso con sus dueños, pero en situaciones de peligro es el primero que saldrá en su defensa. Aunque es muy importante tener gran cuidado, ya que siendo un can tan fuerte podría reaccionar de forma negativa ante personas extrañas. Esto también resalta la importancia de un adecuado proceso de socialización.
Es preciso destacar, el pastor persa no es buen perro para tener como mascota de los niños, ya que no es un perro al que le agraden los juegos y tampoco es muy paciente. Junto a ello, necesita vivir en espacios grandes, para que pueda moverse con libertad y comodidad.
Es una de las razas en las que el adiestramiento tiene mayor importancia, para garantizar que sea un perro sin conductas destructivas y agresivas. La socialización se debe iniciar a una edad temprana, es preciso fijar las bases para la convivencia, pues a pesar de que es un perro siempre distante con extraños, con la educación adecuada es capaz de controlar sus instintos.
Durante las primeras 3 semanas de vida del pastor persa, es preciso fortalecer las órdenes básicas, para lograr la adecuada comunicación entre perro y dueño. También es conveniente que el perro pueda compartir con otras personas y animales, evitando el aislamiento.
Todo esto hace necesario, la persona que se ocupe de la educación y adiestramiento del pastor persa, debe ser alguien con experiencia en el manejo de perros grandes y por supuesto de la raza. Además, se debe entrenar haciendo uso del refuerzo positivo.
Partiendo de que el pastor persa es un perro muy fuerte, no requiere de cuidados exigentes, pero sí es clave atender algunos aspectos específicos. Para comenzar, es una raza que necesita de una correcta alimentación que le ofrezca todos los nutrientes necesarios.
Además, se debe fijar un horario y cuidar las cantidades, para evitar que el perro pueda desarrollar obesidad, deteriorando su movilidad. Por ello el pastor persa también necesita hacer ejercicio, requiere alrededor de 2 horas de paseo, esto también le beneficia su equilibrio mental.
En cuanto al pelaje no necesita de cuidados exigentes, solo se debe cepillar una vez por semana para retirar la suciedad y el pelo muerto. El baño es conveniente una vez al mes o cada 2 meses, cuando el perro está sucio.
Es un perro saludable, de hecho su esperanza de vida es bastante larga, puede superar los 15 años. Sin embargo, puede verse afectado por algunas enfermedades como la displasia de cadera y la obesidad.
En síntesis, el pastor persa es un perro increíblemente fuerte y poderoso, independiente pero leal a su familia. Para garantizar su bienestar, es preciso llevarlo al veterinario y cumplir con el calendario de vacunación y desparasitación.
