Cuando se trata de perros de aspecto poderoso e imponente, es imposible no hacer mención al mastín italiano. También se conoce como cane corso y es una de las razas de perros molosos y de tipo dogo italiano de mayor atractivo, su imponente apariencia no pasa desapercibida.
Para comenzar, el nombre del mastín italiano o cane corso se deriva de la palabra del latín cohors, la cual significa protector, guardián del corral. Asimismo, este can desciende de forma directa del molossiano romano, un perro de gran tamaño que fue utilizado como un perro de guerra.
Esto es gracias a que se destacaba en el campo de batalla, además tenía excelentes cualidades como perro guardián. Incluso, era utilizado en luchas de animales en la arena, combatía contra leones, osos y diferentes animales salvajes que eran importados.
Mucho tiempo después, el mastín italiano se convirtió en un perro popular de la clase trabajadora en Italia, era utilizado para conducir los rebaños, en la caza mayor y para vigilar las fincas. Durante un tiempo la población de esta raza se redujo, pero en el año 1970 la cría del perro tomó fuerza una vez más.
El mastín italiano es un perro fuerte y elegante, tiene un cuerpo bastante robusto y su tamaño va de mediano a grande. Los machos miden entre 64 y 68 cm a la cruz y pesan entre 45 y 50 kg, mientras que las hembras miden entre 60 y 64 cm a la cruz y pueden pesar entre 40 y 45 kg.
La línea superior del cuerpo es recta y notablemente musculosa, tiene un pecho ancho, largo y profundo. Tiene la cabeza ancha y un poco prominente en la zona anterior, junto a ello la depresión naso frontal es bastante visible.
Los ojos son de tamaño mediano y forma ovoide, sobresalen un poco y tienen un tono oscuro, el hocico es más corto que el cráneo y la nariz es de color negro. Las orejas son de inserción alta, tienen forma triangular y son colgantes. En el pasado, las orejas del mastín italiano eran amputadas, pero afortunadamente esto es una práctica menos frecuente en el presente.
En cuanto al pelaje, es corto, denso y bastante brillante, tiene una capa interna que es delgada. Además, puede ser de varios colores, como el negro, gris claro, gris plomo y gris pizarra. También puede ser atigrado, rojo cervato, leonado claro y leonado oscuro.
El mastín italiano es un perro bastante protector y territorial, suele ser independiente, pero establece vínculos fuertes con su familia, a quienes cuida en todo momento, especialmente si son niños. De hecho, aunque luzca como un perro tan fuerte e imponente, resalta por ser una de las razas más pacientes con los niños, se mantiene al pendiente para evitar lastimarlos.
Cuando se trata de extraños, el mastín italiano se comporta de forma distante, pero no deja de ser vigilante. A pesar de que siempre está listo para defender a los suyos, no es un perro con tendencia a atacar de manera inmediata, antes hace una advertencia con un ladrido fuerte y firme.
En el caso de interactuar con otros perros puede ser sociable, excepto si se trata de otro de su misma raza, es difícil hacer que dos mastines italianos puedan permanecer en el mismo lugar. Conviene resaltar que en casa es un perro tranquilo, pero disfruta salir a ejercitarse.
El mastín italiano es uno de los perros que se puede cuidar fácilmente, solo requiere de ciertas atenciones básicas. Por ejemplo, es preciso cepillar el perro semanalmente, ya que esto permite eliminar el pelo muerto, es importante hacer uso de un cepillo de púas cortas y suaves, para evitar causar daños en su piel.
El baño se debe llevar a cabo cada 1 o 3 meses, dependiendo si el perro se encuentra muy sucio, es decir, se debe evitar bañar al mastín italiano con mucha frecuencia, ya que esto podría afectar negativamente la capa de protección de la piel, con la que cuenta de forma natural.
Incluso, el mastín italiano no debe vivir en el exterior, por causa de su manto tan fino, el cual es susceptible a las callosidades, por ello requiere de una cama mullida. En términos de ejercicio, esta raza necesita de varios paseos largos todos los días, alrededor de media hora, con el objetivo de mantener su fantástica musculatura y fortalecer su estructura ósea.
Además el ejercicio le permite liberar el estrés que haya podido acumular en su cuerpo. También es conveniente darle la oportunidad de hacer actividades en cuanto al uso del olfato, gracias a que ayudan a su relajación y le genera bienestar.
La educación del mastín italiano no es una tarea compleja, para ello se debe hacer uso del refuerzo positivo, ya que los métodos tradicionales suelen tener efectos negativos en la conducta del perro.
Asimismo, la socialización con personas, otros perros y animales, así como diversos ambientes, se debe iniciar a partir de las 3 semanas de vida. Junto a ello es fundamental llevar a cabo las prácticas para su educación, todo lo que tiene que ver como la obediencia básica, por ejemplo, sentarse, tumbarse, venir y quedarse quieto.
Cuando al mastín italiano se le ofrece el adecuado proceso de socialización y adiestramiento, puede ser un perro equilibrado, tolerante con las personas y otros animales. De lo contrario, cuando alcanza la etapa adulta podría ser un perro desconfiado y bastante territorial, incluso podría tornarse agresivo.
Al igual que otras razas de perro, el mastín italiano puede ver afectada su salud por varias enfermedades o problemas, entre estos se encuentran brotes de sarna luego del nacimiento, la displasia de codo, displasia de cadera e hipertrofia glandular.
También torsión gástrica, problemas respiratorios, entropión, ectropión, hiperplasia vaginal y golpe de calor. Por ello es importante llevarlo al veterinario cada 12 meses, para cumplir con el proceso de control, así como la desparasitación y vacunación.
